MARGINADA POR SER MADRE

Así literal, como suena; marginada por ser madre. Y por extensión…. a mi hija, por ser un bebé.

Lo normal sería publicar un post con lo maravillosas que han sido mis vacaciones ( que efectivamente, así han sido) pero ahora mismo sólo puedo acordarme del mal rato que tuve que pasar ayer, por culpa de la incompetencia del Ayuntamiento de Ibiza.

ME HAN NEGADO EL DERECHO A USAR EL TRANSPORTE PÚBLICO POR IR CON CARRO Y CON UNA NIÑA DE NUEVE MESES.  NI EN EL AUTOBÚS QUE SE DIRIGE AL AEROPUERTO NI EN TAXI.

Os pongo en situación; 

Nosotros, solemos ir todos los años a Ibiza a pasar las vacaciones. Nos juntamos allí con muchos otros amigos con los que pasar unos días. Siempre ha transcurrido todo dentro de la normalidad, hasta este año, que hemos ido con nuestro bebé de 9 meses.

Para poder disfrutar de unas vacaciones cómodas mi marido viajó en barco con nuestro coche y nuestra correspondiente sillita de seguridad y yo viajé en avión para no hacer que la niña tuviera que soportar tantas horas de viaje de coche y barco.

Bueno, pues ayer, cuando ya se terminaron nuestras vacaciones, mi marido cogió el barco a las 18:00 horas con nuestro coche, y nuestras maletas, claro, y yo me quedé paseando por Ibiza hasta las 21:00 que debía ir al aeropuerto para coger el avión y regresar a Madrid. Lo que se presuponía una tarde tranquila, disfrutando de nuestras últimas horas allí, tomando unos zumos y paseando por el puerto, acabó siendo un autentico infierno.

Como madre previsora, me fui a la parada de taxis con mucho tiempo para ir al aeropuerto, por si acaso hubiese cualquier incidencia. Porque  Ibiza es el lugar de las incidencias. De eso no hay duda.

Y AQUÍ EMPIEZA LO BUENO….

Paro un taxi y esta es la conversación literal que tengo con el taxista :

– Hola buenas tardes,¿ tiene sillita para llevar a la niña ?.

– No.

– ¿Sabe si algún taxista tiene ?

– No

– ¿ Podría hacerme el favor de llamar por la emisora o darme el teléfono de radio taxi para solicitar uno?

– ….   ( hubo silencio, ni siquiera contestó, y se fue)

Después de esta conversación ya se presumía complicada la tarde, y no me equivocaba.

Intenté parar varios taxis, que aminoraban la velocidad y al ver el carro se marchaban. Os aseguro que esto no pasó ni con un taxi ni con dos, probablemente me ocurrió con 10, 15 o más.

Conseguí encontrar por internet el teléfono de Radio Taxi Ibiza con el fin de solicitar un taxi con silla y esta es mi conversación con la operadora :

– Hola buenas tardes, mire llamo para solicitar un taxi con sillita para una niña de nueve meses.

– No tenemos taxis con silla.

– ¿ Ningún taxi de toda la isla tiene silla? Pago lo que sea necesario no me importa que venga de otro sitio pero la niña tiene que ir con seguridad en el coche.

– NO, no hay taxis con silla. Llevar silla o no, corre a cuenta de cada taxista y no la recogen para evitarse una posible multa porque si les para la Guardia Civil la multa es para el taxista.

– Perdone pero entonces, ¿ Me puede indicar como llego al aeropuerto? 

– No lo se. 

Bien, a partir de aquí ya la cosa empezó a crisparme y por supuesto a preocuparme, porque estaba a una media hora escasa de tener que coger el vuelo, y yo sin forma de llegar al aeropuerto.

Voy corriendo a una parada de autobús, y cuando llega el autobús que va hasta el aeropuerto me asomo a la puerta  y educadamente hablo con el conductor. La conversación tampoco tiene desperdicio :

– Hola buenas tardes, puedo subir con el carro, ¿verdad?

– ¿ No ves la señal que hay en la puerta? 

– Ah! ¿ y entonces como llego al aeropuerto si tampoco puedo ir en taxi?

– No lo se, no es mi problema, y yo me voy ya.

Cerró la puerta en mis narices,  se marchó.

Os podeis imaginar mi semblante. No sabía qué hacer ni a quién llamar.

Todos los amigos que estábamos juntos en la isla, ya se habían marchado.

Llamé a mi marido y le expliqué lo que ocurría, y que si no iba al aeropuerto en 15 minutos perdía el avión y me quedaba allí tirada con la niña. Pudimos llamar a un amigo que aun estaba en la isla, que salió de su casa, cruzó la isla y vino a recogernos para ir al aeropuerto. Le debo una cena importante, con langosta y todo.

No entiendo cómo puede ser, que una madre, con su hija de 9 meses, no tenga forma humana de llegar a un aeropuerto de una isla tan turística como es Ibiza. No estaba en medio de la Selva Amazónica ni del Desierto del Gobi. Estaba en Ibiza señores y señoras. Esa isla «tan chic», «tan fashion», donde se pagan cientos y cientos de miles de euros por el amarre de un barco en el puerto de Marina Botafoch, esa isla que está plagada de famosos, dinero, y lujos. Esa isla que es mundialmente conocida por ser un sitio paradisiaco. Esa isla que embolsa de Mayo a Octubre más dinero que todos los destinos turísticos del resto de España juntos. 

Esa isla, en realidad, para los de a pie, es una isla donde sólo se busca sacar dinero, donde les importa muy poco el bienestar de sus visitantes. Esa isla en que puedes pasar un día entero en las urgencias de Can Misses sin ser atendido. Esa isla donde no hay ni un mísero transporte público que acepte transportar carros y bebés para ir al aeropuerto, ni un único taxi que pueda llevar un menor en condiciones de seguridad.

Es absolutamente vergonzoso. Y con la palabra vergonzoso me quedo corta. 

Es indignante y repugnante. Es inmoral, penoso y discriminatorio.

Deberíamos unirnos y hacer fuerza con estas cosas. Esto es injusto. Muy injusto. 

De no ser por estas personas que me llevaron al aeropuerto, estaría allí, sin maletas, sin hotel, y con un bebé de 9 meses en plena calle.

Por ser madres, y por ser niños, somos diferentes y se nos trata de forma diferente. CURIOSO.

Por supuesto, el Ayuntamiento de Ibiza se va a llevar sus correspondientes quejas, además de asegurarme que todo esto se sepa y ¡se ponga solución! Hasta que no consiga que pongan sillas de taxi en Ibiza, y se pueda ir al aeropuerto en transporte público. Quien quiera ayudar, ya sabéis que todo apoyo en bienvenido. 

Firmado: Una madre indignada.